02 mayo, 2011

Por días como estos merece la pena correr.

Lunes, 00:34. 
Ahora mismo tengo las piernas bastante cansadas. Tras dos carreras noto como el esfuerzo de estos días se ha trasladado a mis extremidades inferiores. 
Por suerte y a la vez sorpresa, no he tenido problemas musculares. Tenía cierto respeto a correr dos carreras dos días seguidos por miedo a lesiones. Vale que me he pasado a veces semanas entrenando a baloncesto, corriendo, nadando, etc cada día pero nunca sabes que puede ocurrir.
Me dispongo a explicar ambas cursas pero son totalmente distintas en cuanto a significado para mí. El motivo lo leeréis a continuación...

Hospitalet, 17 de la tarde del sábado...
Había llegado a Hospitalet bastante temprano respecto al inicio de la carrera (21h). Junto a mi colega José decidimos irnos temprano hacia el Gran Via 2 para pasar la tarde. Puesto que dicho centro comercial nunca había ido. Estuvimos mirando tiendas, recogiendo dorsal (mi amigo no pudo inscribirse por falta de plazas, lo cual valoro muchísimo que me acompañara) y haciendo turismo por la zona.

A las 18 de la tarde, tras haber visto todas las tiendas, decidimos ir al campo donde más tarde estaría el servicio de duchas. Como nos sobraba mucho tiempo y tras valorar la opción de irnos al cine, decidimos quedarnos en el mismo campo a ver un partido de fútbol cadete. 
A las 19:45 nos fuimos hacia Gran Vía 2 para cambiarme en los servicios del centro. Largas colas, olor a cremas, reflex, mucha gente... Y es al salir del lavabo cuando vemos la imagen de la tarde: dos señoras completamente vestidas para correr estaban haciendo su calentamiento por los pasillos esquivando a gente jajaja la verdad que nos impactó, puesto que aunque había mucha gente cambiada nadie hacia el intento de correr allí dentro.

Nos dirigimos hacia la salida sobre las 19:30 y a las 19:40 me despedí de José para dirigirme a la salida. Apenas pude hacer dos rectas que tuve que irme hacia la salida sin apenas calentar. Al menos estiré bien...

Al no haber cajones salíamos todos juntos, algo que podría ser un problema con tanta gente y con dos carreras diferentes: el 5.000 y el 10.000, la mía. Conseguí colarme hasta la quinta línea de salida y allí había una chica que nos ponía unas pulseritas fluorescentes.
Estuve esperando que dieran la salida más de 10 minutos y sinceramente no me enteré de nada de lo que decían.Estaba con mi música y mirando el Garmin.
La salida fue puntual pero un poco caótica. Los del 5.000 salieron disparados y muchos del 10.000 también. Intenté hacerme hueco para correr cómodo y coger ritmo. No sabía cómo me iba a sentir, por lo que iba a la expectativa.
Empecé a 3:47min/km y los de mi alrededor volaban, algo lógico a inicio de carrera. El primer km fue muy cómodo, buen ambiente y me sentía fresco. Lo hice en 3:43min/km. El segundo km lo mantuve a buen nivel, 3:50min/km, incluidos los escasos repechos que habían. A lo largo de la carrera apenas había subidas. El tercer km lo encaré mirando por el resto de kms. No quería fliparme con un 3:40 o 3:45 por lo que bajé a 3:54min/km. Mis piernas respondían y me gustaba correr de noche. Siempre he dicho que soy una persona nocturna, adoro hacer mi vida por la noche y dormir por la mañana.
El cuarto km aflojé un poco puesto que era la llegada del 5.000 y había más cantidad de corredores. Alguno se me cruzó en la llegada a meta, puesto que había un desvío para cada carrera. Pero mantuve mi idea de no llegar a 4:00 así que hice 3:59min/km. Sí, lo sé. Es una enorme diferencia. Pero un segundo en este deporte te da la vida o te la quita.
El km5 fue quizá el más duro. La carrera se vació de corredores en algunos tramos y tenías que ponerle más cabeza. Mis piernas se mantenían fuertes y llegué al avituallamiento. Desde que peté en la Media Maratón de Terrassa no perdono ni uno. Me da igual pasarme un km bebiendo agua con la botella en la mano. Es más, he aprendido a mantener un ritmo constante olvidándome de mis piernas. Este km lo hice en 4:00min/km justos. No quería regalar segundos por si después los necesitaba pero empezaba a notar la falta de deporte en toda la semana y eso mermaba mi confianza. Fue entonces cuando algo cambió mi mentalidad. Empezó a sonar en mi mp4 una canción que me gusta ponerme para entrenar. Nach - Hambre de victoria. Soy un apasionado del rap, aunque quizá no lo parezca. Pero es el estilo de música que más me gusta.
Esta canción me dio alas y empezó mi cambio motriz. El km6. lo hice en 3:57, con viento de cara. El km7. el viento era más fuerte y al correr más distanciado de otros corredores lo notaba más. Lo completé en 3:54min/km. Notaba como el viento me frenaba y así seguí en el km siguiente. Bueno, en el km8. me frenó algo más que el viento... A punto de acabar dicho km un coche se introdujo en una rotonda provocando un frenazo a dos corredores que llevaba 10 metros delante mío y mi consecuente frenazo. Uno de ellos incluso llegó a tocar su capó. Le dijimos de todo. No sé qué le dijeron ellos porque con la música no me enteraba de nada. Pero sus caras no indicaban muchos piropos. Remonté tras el pequeño susto para acabarlo en 3:53min/km.
Mi velocidad era superior a esa cifra, pero el viento me hacía ir más lento. Además los corredores más lentos del 5.000 aún estaban llegando e impedían mi paso. Tenías que correr a ritmo de cuidado, perdone y disculpe. Así hice el km9. a 3:53min/km también. Creo que si no hubiese hecho viento hubiese ido mínimo a 3:45. 

El último km fue duro. Duro porque no era constante, los adelantos no cesaban y los grupos de gente cortando la calzada tampoco. Así que veía como mi objetivo de marca se iba apagando. Por lo que, como deportista suicida y masoca que soy, a unos casi 300 metros de meta decidí darlo todo. Saqué un sprint mientras gritaba paso, dejadme pasar y el viento me congelaba la nariz (iba algo resfriado). Antes de llegar a meta ya sabía que había bajado mi 39:06 pero no que había bajado de 39. Eso lo descubrí tras mirar mi Fore nada más frenar un poco. 
Entonces fue cuando en mi rostro se dibujó una sonrisa como la de un niño cuando le dan un juguete nuevo o algo que le provoca ilusión. Estaba contento. Rara vez estoy contento tras una carrera. Soy muy exigente conmigo mismo, pero ayer lo estaba. Busqué a mi amigo y nos fuimos hacia los vestuarios. 
Tras ducharme, fuimos a cenar al centro comercial y volvimos hacia casa para preparar Parets.

Si has leído hasta aquí sin acordarte de ningún familiar mío, sin dormirte y sin pedir una muerte rápida para el escritor de la entrada, merece la pena que sigas leyendo.

Domingo 1 de Mayo, Día de la Madre...

Para esto de los descansos soy un cafre. Me acosté a las dos entre batallitas con mis padres acerca de la carrera y me puse una película. Antes me había hidratado las piernas y puesto crema de frío. No me dormí hasta cerca de las 4 y había quedado a las 8:25 con mi tío y mi amigo del sábado.
Me recogieron puntuales y partimos hacia Parets.
Recogimos dorsales, preparación y calentamiento. Durante el calentamiento pude comprobar como mis tobillos eran maderas. Me dolían al pisar, al trotar y si me tocaba. Dí dos vueltas y me pase el resto de tiempo calentando tobillos. No sabía a que ritmo salir por lo que improvisé.
No voy hablar de tiempos como Hospitalet, hoy me ha dado igual.
Como resumen diré que la carrera era subida hasta el km6 y algo. Alternando cuestas con llano pero siempre subiendo. A partir de dicho km, era bajada alternada con llano hasta llegar a meta.
Empecé fuerte o en mi línea: 3:54 / 3:57 / 4:05 / 4:05 / 4:32. Los primeros 5km. El último fue una subida pronunciada junto con el agua.
Seguí bajando a 3:55 y 4:07. Pero fue entonces cuando veía que llegaba la bajada cuando decidí pasar del tiempo. Podía haber hecho una buena marca. Entre bajada y llano hubiese estado entre 39 y 40:30 fácilmente. Pero hoy no era un día para ello.
Mi tío Alberto volvía a carrera tras semanas lesionado y mi colega José tras meses. Decidí bajar velocidad y esperar por si alguno me pillaba. La gente me adelantaba, era incomprensible que en el tramo más rápido yo fuese más lento. Me había dado caña los 7 primeros y ahora aflojaba para perder tiempo.
Vi a mi tío en un tramo en el que podías ver de lejos a los que iban un km y algo detrás tuyo y empecé a bajar más mi tiempo. Pensé que bajando a 4:30 o 4:40 me pillaria sobre el 9.
Hice el km8 en 4:20 y al empezar el 9 no lo veía. Seguí bajando e hice el 9 en 4:30 pero mi tío seguía sin dar señales de vida.
El km10 fue más que nada aflojar, aflojar y correr mirando hacia atrás. Me hacía especial ilusión entrar con él y me daba igual si tenía que pararme.

Al final no me paré, tras bajar a 5min/km (así hice el km10) me cogió a 100 metros de la meta. Lo primero que hizo fue preguntarme si me había roto. Algo que seguramente pensaron muchos corredores de mi desde el km 7.
Hicimos los últimos 100 metros juntos y la sensación fue mucho mejor que muchas carreras que he hecho marca. Fue un momento bonito. Entramos juntos y solos, con la gente aplaudiendo a ambos lados de la llegada. Nos hicieron una foto que espero conseguir. Y al final hicimos un crono de 43:21 en mi caso y él, al salir después 43:07. Ha quedado muy bonito en la clasificación los dos Zarzuela juntos.
Muy contento tras la carrera.
Fuimos a por nuestro bocadillo de jamón y una planta por ser el día de la madre. Además de una estupenda camiseta de tirantes.
Fuimos al servicio de fisio y nos descargaron las piernas muy bien. Tras dos carreras en menos de 13h se agradece.

Siento haber sido tan extenso con mi crónica. Pero hoy me ha dado por escribir y lo he plasmado aquí.
Puedo decir que ha sido un gran fin de semana. Y por cosas como las de estos dos días me gusta correr.



3 comentarios:

  1. Bueno Karlos.. Estoy contigo en que ha sido un buen fin de semana... Sobre todo en l'Hospitalet... Sin duda que físicamente te encuentras bien.. Ese crono es ya importante... Feliciades..!!

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  2. Vaya tiempazo el del sábado, y con viento, el peor enemigo del corredor! Quién pillara esos ritmos... :) Dices bien, correr un segundo más rápido por kilómetro no es una menudez, hay que sufrir mucho para arañarlo.

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